NO MORE
140926
No quiero llorarte un día más
llevar más flores tu tumba,
para que puedas descansar de la paz que no me diste
para que puedas sacudir tu engaño, tu traición
No llevaré más flores ante tu altar
Nunca fui suficiente para ti,
nunca me quisiste realmente
traicionaste al único ser que lo hubiera dado todo por ti,
que se dejó a si misma, como una túnica muerta en el suelo
mientras se vestía con los sueños de tu alma
mientras veía el mundo a traves del brillo de tus ojos
mientras lloraba tus lágrimas
y reía tus risas.
No. Nunca me amaste sinceramente
siempre esperaste tan solo lo mejor de mi,
llenarte con el amor que yo te daba
recibir los elogios, el placer
la dicha de encontrarme sumergida en ti
siempre al pendiente de lo que necesitabas,
siempre cediendo, siempre dándome
que más te importaba si me tenías o me iba,
sabías bien que yo sería siempre el dedo de tu mano,
el consuelo a tu tristeza,
la palabra faltante para encarar la vida,
que te importaron mis lágrimas,
las cientas de noches que dormí con lágrimas secas en mi rostro,
cansada, exhausta de amarte, de necesitarte
de esperarte tanto
Nunca fuiste aquello que prometiste ser por mi
nunca fuiste quien dijo amarme toda la vida
sólo te reías de mi
te burlabas de mi amor sincero
creyéndote tan grande para voltear a verme
pensando que alguien más estrecharía tu cuerpo tibio bajo las sábanas,
en tus noches, en tus madrugadas largas
creyéndote tan omnipotente para entregarme tu cariño,
el calor de tu cuerpo.
Siempre quise sólo tan poco,
y tanto..
tu amor.. era mucho pedir?
era mucho sentir tus labios rozar los míos,
perderme en la calidez de tus cabellos,
recostar todas mis penas y verlas sucumbir en tu pecho
todo lo dejaste maltrecho, descompuesto, roto
ni siquiera tu triteza fue limpia, sincera
te dolías por ti, de ti
de tu mala suerte, de aquellas cosas que no tenías
ni siquiera te diste cuenta de las valiosas cosas
que yo puse sobre tus manos, como piedras preciosas,
no escuchaste mi canción en tu oído, mi murmullo, mi oración lejana
Yo hubiera sostenido tan fuerte tu mano
que ni el frío o el viento cruel y gélido de la vida
hubieran podido derrotarte
yo quería ser tu hombro, tu apoyo
tu fortaleza
Para que? de que sirvió todo?
cuando, en qué momento aprendiste a menospreciarme tanto?
en qué momento me convertiste en un objeto más de tu vida
en otra posesión, en otro cuerpo
en qué momento te diste cuenta que esperabas por el encanto
y el milagro de alguien más,
mientras yo encontraba tu rostro en cada persona que pasaba,
en las calles, en mis sueños, en los rostros del futuro.
Eran tus manos la que veía manejar carros, escribir ..
era tu rostro el que veía siempre reflejado,
era tu voz la que acudía a mi pensamiento cuando alguien mas llamaba
y me dolías, me dolías mucho
me hiciste sentirme débil de tanto quererte,
me hiciste desfallecer de mis capacidades, de mis alegrias,
te lo llevaste todo
me hiciste sucumbir a mi perdición.
Y cuando por fin hallé de nuevo un motivo de luz en mi vida,
regresaste vilmente, a querer quitarmelo todo de nuevo,
mi paz, mi alegria, mi sonrisa sincera después de haber padecido tanto.
Regresaste a decirme que lo sentías, que me extrañabas,
que era yo el cielo aquel al que habias renunciado,
porque te habías perdido, porque no supiste que más hacer..
y yo creí en tus palabras, yo creí en las lágrimas de tus ojos,
yo intenté secarlas, darte mi abrazo, te calmé,
te dije que no lo sintieras ni lo lamentaras más, las cosas pasan por algo,
no era nuestro destino estar unidos,
te liberé de las cadenas que te aprisionaban a mi
te dije que te extrañaba tambien tanto..
habías saciado tu deseo de mi,
de escucharme nombrar tu nombe,
de saber que aun te pertenecía.
Eras un cínico parado en el suelo que manché con mis lágrimas,
eras un hombre perdido en su egolatría,
en su vanidad.
Y te quedaste solo,
porque no se puede estar acompañado cuando has dejado ir al amor,
cuando quien toca tu mano, quien besa tu boca
no siente ni una fracción de todo el sentimiento
que te hubieran regalado mis besos, mis caricias, mi admiración.
Te lo llevaste todo, pero dejaste la parte más importante.
Me dejaste a mi, una tabula rasa
para volver a escribir nuevos versos
que hablen de alguien más que no seas tu,
que beban de otros labios que no sepan a los tuyos,
que dibujen caricias en otro cuerpo,
que sostengan la mano de la desolación,
una mano que no será la tuya,
un consuelo que no llegará a tu puerta.
Una nueva historia en donde tu eres el olvido, irreversible,
una memoria sin rostro, una palabra perdida.
Y te amé. Y quizas también solo pretendí quererte,
lo quise, y tu partida me quitó esa intención de las manos.
Ahora sé que te he vencido, que he vuelto a renacer de las cenizas,
ahora tus palabras no me duelen, no me tocan,
tu tristeza no logra conmoverme, ya no más
porque ahora veo que son solo palabras vanales,
dichas con la facilidad con la que pretendiste quererme.
No más flores ante tu altar
No más lágrimas a los pies de tu cama.
eres una canción aprendida pero olvidada
un poema cuyos versos quedaron enterrados
en el sueño que ahora pisas,
cuyas flores retoñan en el jardín de alguien más.
Eres quien eres, soy quien nunca pudiste ver
y ya no frecuento más la capilla en donde solía prenderte velas,
me he emancipado de tu cielo,
he renunciado al candor de tus praderas,
ahora me regocijo volando en otros cielos,
durmiendo en otras tierras,
escribiendo versos al tiempo,
que ha de regresarmelos cuan palomas mensajeras,
llenas de sentimientos, de verdades, de realidades..
No más un bendecido, no más un agraciado.
Era mi amor el que te adornaba aquella luz en tu cabeza,
aquel fulgor de tus ojos, aquel encanto de tu sonrisa.
Era yo, dibujándote alas para cubrir mis sueños
Era yo la perfeccionista de privilegios,
de grandezas,
era yo la luz sobre la vela
Era yo las flores, y era yo la tumba.
No más flores al altar de tu vida.
No más flores muertas.
No más hojas secas en mi jardín.